Visión y Misión
A través del Acuerdo Gubernativo 182-2013, de fecha 23 de abril del 2013, publicado el 24 de mayo del 2013 en el Diario de Centroamérica, se legalizó la Fundación Tierra Nuestra por un plazo indefinido.
Objetivo: Contribuir a la transformación de las condiciones de vida de pobreza y exclusión de pueblos indígenas y campesinos en el fortalecimiento de sus procesos autonómicos así como apoyar luchas genuinas, basadas en el ejercicio de la defensa de los derechos humanos, a través de la acción, articulación y alianzas.
Misión: La Fundación “Tierra Nuestra” es una entidad no lucrativa, independiente, no partidista, ecuménica que busca facilitar y construir, con y desde la población indígena y campesina pobre y excluida, procesos de articulación social y organizativa, fortaleciendo las alianzas y estrategias locales, nacionales e internacionales.
Busca contribuir a dignificar la vida y el respecto a los territorios con la propuesta de alternativas de caminos económicos, políticos, sociales, culturales y ambientales. La Fundación se compromete a alentar el nacimiento y la consolidación de modos concretos de organizar la vida y acompañar las luchas de la población indígena y campesina pobre y excluida, desde, los derechos humanos, la ecología y desde la diversidad y la diferencia étnica, de género y etaria, desde la inspiración del pensamiento social de la Iglesia.
Visión: Las luchas sociales indígenas y campesinas han logrado afianzar un estilo de vida digno y se identifican con un modelo de desarrollo con perspectiva comunitaria-territorial, como fuerza movilizadora que busca el bien de todas las personas, principalmente de las mujeres y de la juventud, como proceso sostenible y comprometido en disminuir gradual y sostenidamente la pobreza y la exclusión.
Se ha creado una práctica política crítica autorreflexiva, capaz de solucionar las diferencias, de apoyar procesos de crecimiento personal, de diálogo y organizativo que no admite prácticas de abuso, corrupción y abierto a incorporar a otros sectores no indígenas y no campesinos.
Como fruto de los procesos de formación humana y política, se ha logrado fortalecer a sujetos políticos que realizan sus acciones con honestidad y congruencia.
Tienen así mismo capacidad de ejercer una ciudadanía crítica que exige rendición de cuentas, transparencia, calidad y universalidad de los servicios públicos, principalmente educación, salud y protección social.
La articulación de las luchas es capaz de aprovechar y potenciar los marcos legales y políticos nacionales e internacionales para fortalecer sus estrategias económicas, políticas, sociales y culturales. Promoviendo cambios estructurales del sistema económico y político.